Las mujeres tenemos la manía de ocultar cierto tipo de información relevante u/o no tan importante por razones variadas, evitarse un mal rata con los padres en la adolescencia, y al novio en la edad adulta.
Muchas veces se omitimos cosas por creerlas, a nuestros ojos poco relevantes, como el hecho de adquirir grandes cantidades de ropa, haber estropeado alguna camisa o prenda ropa de ropa que para cierta persona tenia un valor sentimental, romper vajilla del matrimonio de tus padres y/o quemar un vestido o chaqueta prestada, etc.
Otras veces se omite información de hechos o situaciones más complejas, que siempre están ligados al “carrete* desenfrenado”, estas claros son marcadas y mas frecuentes en la etapa de la adolescencia, en donde pocas veces hay una pareja a la que rendirle cuentas y por el contrario estas situaciones están sujetas al consumo de alcohol u otros.
El hecho es, que el omitir información, es una cuestión inherente al género femenino, que se nos es inculcado desde la infancia temprana en aquellas tediosas visitas a las casas de familiares, en la cual se debía olvidar u omitir el hecho de que la comida de tía Juana, era asquerosa y por el contrario se debía decir que era exquisita, o que el chaleco tejido que nos había regalado la abuelita lo usábamos mucho, siendo que esa era la prenda de ropa que más detestábamos y jamás usamos. Así que con que derecho nuestros padres nos exigían verdad en la adolescencia, si fueron ellos mismos quienes nos enseñaron a mentir.
Adiós
(* parranda, fiesteo, etc)