sábado, 22 de marzo de 2008

II Parte


La llegada a la fiesta, resulta ser un poco menos tediosa de lo que te imaginabas, dado que por un taco vehicular de increíbles dimensiones, sólo llegan a la recepción y se evitan todo ese cacho de la ceremonia. Sin embargo se hace inevitable realizar la sesión de société, en la que más de una tía de tú amigo te vincula como pareja de este, quizás ese se torna en el momento más incomodo de la noche. Luego vienen los brindis, que ayudan a agarrar confianza y el vals... que lata más grande.... después comienza la comida y con ella los tragos y más brindis y uno toma más confianza y más confianza, hasta que llega el momento en que uno se siente parte de familia.

Inmediatamente después de la cena viene el bailoteo, que pasa de regeeton a las más variadas cumbias, cuecas hasta corridos mexicanos. En seguida viene ese fastidioso momento de la fiesta en la cual la novia lanza el ramo y bueno uno como soltera tal, se gana entre el montón de tías y primas solteronas, desesperadas por coger el ramo, y luego de bastantes intentos la novia lanza el montoncito de flores y justo cae en tus manos, justo en ti que no tenias ningún interés de agarrado, justo a ti que eres a la única persona que la novia no conoce, que plancha y como si eso no bastara para sentirte incomoda te hacen bailar un vals con el gilipollas que tomo la liga........ mal.
Lo bueno de eso es que no pasa ni media hora y ya te has largado de la fiesta vas camino a tú casa y jurándote que nunca más harás un favor que implique tanto desgaste físico y sicológico como asistir a una boda de acompañante de último minuto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

uyy pienso que las cremonias de matrimonio y sus fiestas son ya un tipo de esquema sentenciador, es siempre lo mismo para mi siempre son lo mismo, aunque reconozco que no he ido a muchas, las veces que me invitan siempre es lo mismo, nada me sorprende y nada es novedoso.Aburrido.
Ni las tortas son tan buenas

Saludos un abrazo